Capítulo 7 - Aire de mar







El Secreto
de
Pipo

Capítulo 7 - Aire de mar

de Anita Walker Moon

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Pipo y María se dejaron caer agotados sobre el sofá; estaban felices. La clase de baile había sido todo un éxito. Y muy divertida. Sus ropas estaban casi secas y un calor palpitante les empañaba los cuerpos.

- ¡Vamos al balcón! ­ dijo María jadeando -. Allí el viento nos aliviará.

María agarró de la mano a Pipo y lo llevó hacia el balcón. Las cristaleras estaban abiertas. Pero antes de llegar, Pipo se detuvo bruscamente.

- ¿Qué es esto? ­ preguntó achicando sus ojos y metiendo todo el aire que pudo en sus pulmones.

- ¡Un balcón! ­ dijo María incrédula ante una pregunta como esa -. Y respira que te vas a ahogar.

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- Ya sé que eso es un balcón ­ aseguró Pipo soltando el aire de golpe -. Digo esto- . Y Pipo se señaló las narices.

- ¡Unas narices! ­ se rió María.

- No, tonta. Esto que se mete por aquí y que te llena por dentro. Esto que golpea aquí ­ dijo señalándose de nuevo las narices -. ¡Haz esto! ­ y Pipo tomó otra vez aire llenándose los pulmones.

María le imitó y una bocanada de viento marino se coló en su pecho.

- ¡Ah! ­ exclamó expulsando el aire -. Es el mar. El mar huele así.

- ¡Es... fantástico! ­ se admiró Pipo, que no podía dejar de aspirar aire hasta ponerse colorado y soltarlo de golpe para volver a inflarse como un globo.

- Ven aquí ­ le pidió María desde el balcón-. Aquí está fresco. ¡Mira! y se ve

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el mar. Aquello negro y ruidoso es el mar.

Pipo sintió el viento sobre su rostro y se rió feliz. La brisa le rozaba con sus tenues dedos refrescándole la piel.

- ¡Guau! ­ se admiró -. ¡Impresiona! En las fotos y los vídeos el mar no se ve tan así, tan... tan... grandioso ­ dijo bajando la voz por miedo a resultar cursi.

-¿Qué mar es? ­ preguntó.

- El Mediterráneo ­ dijo María imitando la voz de su hermana Cloti cuando respondía a preguntas difíciles que ella nunca sabía responder.

- ¿Sabes que Mediterráneo significa mar que está rodeado de tierras? mediterráneo: en medio de las tierras.

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- Pues ahora es al revés ­ aseguró María olvidándose del tono de Cloti -. Porque esto es una isla, una tierra rodeada de mar: medimarino, en medio del mar.

El mar se paseaba perezoso por la orilla sin enterarse de que hablaban de él; agitaba su espuma como si fuera la sábana blanca de un fantasma olvidada entre las olas. La luna se hinchaba, dejando caer su luz sobre las aguas.

María y Pipo se sentían sobrecogidos por la belleza del paisaje.

Pipo levantó su ojos y miró hacia el cielo.

- ¡Las estrellas! ­ exclamó.

Se las sabía todas. Empezó a enumerar una por una, mostrándoselas a María.

- Aquella es la estrella Polar. Y siempre indica el norte.

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- ¿Y esa otra? - preguntaba María señalando con su dedo.

- Eso no es una estrella, ¡eso es Mercurio, un planeta!- se reía Pipo.

-Planeta viene del griego y significa ³errante² y...

- ¿Y aquella qué es? -le interrumpió María.

Flu estaba echado a sus pies, miraba de vez en cuando hacia el cielo como si entendiese las explicaciones de Pipo. Luego recogía su hocico entre las patas y resoplaba.

Los niños empezaron a sentir un poco de frío. María oyó un gruñido revoltoso. Y no era Flu precisamente quien gruñía. Era la barriga de Pipo.

- ¿Tienes hambre? ­ le preguntó. Ella sentía también el estómago vacío.

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- No sé ­ respondió Pipo -. Pero mi barriga se mete para dentro y sólo pienso en comida.

- Eso es que tienes hambre.

- Según el diccionario - continuó Pipo recitando de memoria -, hambre es la necesidad y las ganas de comer, la escasez de frutos y otros comestibles, el deseo ferviente...

- Que sí, que sí - le interrumpió de nuevo María -, que estás muerto de hambre. Yo también, así que vamos a la cocina. ¿Has probado alguna vez la mermelada de fresa?

Pipo negó con la cabeza. En realidad, él nunca había probado nada. Nada de nada.

- ¿Y el chocolate tampoco?

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